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  Nuestras Creencias


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Contenido

I.     El concepto Iglesia

II.    La Santa Biblia

III.   El único Dios verdadero manifestado en la Trinidad

IV.   La salvación del alma

V.    Santidad: La vidad diaria

VI.   Casamiento y divorcio

VII.  La cena del Señor

VIII. Bautizmo

IX.   La oración

X.    El bautizmo en el Espíritu Santo

XI.   La sanidad divina

XII.  El futuro advenimiento de Cristo

XIII. La condenación eterna

XIV. Evangelismo

XV.  Misiones

 

 

I.    El concepto Iglesia

    

       1.    La Iglesia de Cristo es un pueblo:

 

            a.    Redimido por la sangre de Cristo. (Ef. 1:7)

            b.    Separado del mundo. (2da Co 6:16)

            c.    Que cree en el santo evangelio. (Jn. 20:31)

            d.    Que practica los preceptos cristianos. (Tit. 2:11-14)

 

II.    La Santa Bíblia

 

        1.    La Santa Bíblia es:

        

            a.    La Palabra inspirada por Dios, por medio de la cual se comunica

                   Dios con su pueblo. 2 Pedro 1:20-21,  Jn. 5:39, 2 Tim. 3.16.

            b.    La regla infalible de fe y conducta para llevarnos de la tierra al cielo.

                   Mt. 24:35, 2 Tim 3:15-17

 

        2.    La Bíblia no se le puede añadir ni quitar.1 P 1:24, Ap 22:18-19.

 

III.   El único Dios verdadero manifestado en la Trinidad

 

        1.    La existencia del único Diios verdadero, está bien definida en las

               sagradas escrituras, las cuales revelan la existencia de las tres

               personas

               El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. (Mt 28:19, 2 Cor 13:14, Jn 5:7,

               Dt 6:4).

 

        2.    Creemos en el único Dios Eterno, Omnipotente, Omnipresente,

               Omnisciente e Inmutable, creador del cielo y de la tierra, y todo en

               lo que en ellos hay; y en la unidad de la Trinidad hay tres personas

               iguales en todo atributo y perfección divina que ejecutan distintas

               funciones, pero en armonía, en la gran obra redentora.

 

                1.    DIOS EL PADRE:  Isaias 43:10, 44:8, Juan 3:16

                2.    DIOS EL HIJO:  Co-existente, Coheredero con el Padre, el cual

                       concebido por el Espíritu Santo, nacido del la Virgen María, tomó

                       sobre sí la forma de hombre, hecho obediente hasta la muerte,

                       llevando la maldición del pecado, la enfermedad y la pena, nos

                       redimió para volvernos a Dios.  El resucitó al tercer día y

                       ascendió a los cielos donde está sentado a la diestra del Padre,

                       donde vive para siempre haciendo intersesión por nosotros. 

                       (Juan 1-3, Mateo 1:23, 1 Tim. 2:5, Ef.2:18, Fil 2:6-11).

                3.    DIOS EL ESPIRITU SANTO:  La tercera persona de la trinidad,

                       Co-existente igual al Padre, enviado por el Padre, a través del Hijo,

                       para redarguir al mundo de pecado y preparar la novia de Cristo,

                       la Iglesia (Juan 14:26, 15:26, 16:8).

 

IV.   La salvación del alma

 

                        A.    La salvación del alma es una transformación espiritual

                             milagrosa que se efectúa en el alma y en la vida (Jn.

                             3:3-5,  2da. Co. 5:17, Ef. 4:22-24):

 

1.     Por fe en la Palabra de Dios (Jn. 1:11-13, 1a. P. 1:23)

2.     Por fe en la Sangre de Cristo (1a. P. 1:18-19)

3.     Por arrepentimiento del pecado (Hch. 2:38)

 

 

                             B.    Dios da la salvación únicamente por Jesucristo

 

1.     Jesucristo es el único salvador (Hch. 4:10-12 y 16:30-31)

2.     Cristo es el único camino (Jn. 14:6)

3.     Cristo es el único mediador (1a. Ti. 2:5)

 

 

                             C.    No hay salvación por otro medio o persona

 

1.     No por las obras de la Ley de Moisés (Ro. 3:20-22)

2.     No por los ídolos ni por las imágenes (Ex. 20:4-5,             Is. 44:9-18)

3.     No por María, madre terrenal de Jesucristo (Hch. 4:12,    Lc. 1:46). Lejos de poder salvar a otros, ella misma tenía necesidad de un Salvador (Jn. 2:5)

 

V.              SANTIDAD: LA VIDA CRISTIANA DIARIA

 

A.    Lo que la Palabra revela respecto a la Santidad

 

1.     Dios exige que su pueblo sea santo, es decir, separado para El.

2.     El ha establecido en su Palabra que sin santidad nadie verá al Señor (He. 12:14)

3.     Se define santidad como “ Algo básicamente separado del mundo consagrado a Dios”.  Santidad incluye espíritu, alma y cuerpo (1a. Ts. 5:23), esto es, todo el ser debe guardarse irreprensible hasta la segunda venida del Señor .

4.     Dios es santo y requiere que sus hijos sean santos (1 P. 1:15-16, He. 12:4)

 

B.    Santidad significa:

 

1.     Limpieza de toda inmundicia (2 Cr. 29:5 y 15)

2.     Separación del pecado (1a. Ts. 4:3 y 2 Co. 6:17)

3.     Dedicación y consagración a Dios (Nm. 8:17)

 

C.    La Santidad se alcanza:

 

1.     Por fe en la Palabra de Dios (Jn. 17:17, Ef. 5:26)

2.     Por fe en la Sangre de Jesucristo (He. 10:10 y 29)

3.     Por la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente (1 P. 1:2, Ga. 5:16-25)

 

D.    El tiempo en que se verifica la santidad es:

 

1.     Inmediato, al momento de la conversion (1 Co. 6:10-11)

2.     Progresivo, en todo tiempo el creyente se esforzará en perfeccionarla en su vida diaria (2 Co. 7:1)

 

E.     Principios bíblicos que sustentan nuestra posición

 

1.     Aspectos de la santidad (1 Ts. 4:1-3, 7, 5:23-24)

2.     Exhortación en el Señor a buscar y seguir la santidad entera de la persona (1 P. 3:3, 1 Ti. 2:9-10, 1 Co. 11:14)

 

VI.            CASAMIENTO Y DIVORCIO

 

A.    El matrimonio fue instituído por Dios (Gen. 1:27-28, 2:23-24) y el divorcio fue sancionado por Cristo (Mt. 19:3-9)

B.    Un cristiano no debe contraer matrimonio con una persona no salva.  La Palabra de Dios desaprueba la union de yugo desigual (2 Cor. 6:14-18)

C.    Sólo podrán ser casados en nuestras iglesias creyentes miembros.  Nuestros pastores no casarán inconversos (Heb. 13:4)

 

VII.          LA CENA DEL SEÑOR

 

 

La celebración de la Santa Cena es un acto de conmemoración de la liberación del pueblo de Dios, del pecado por medio del sacrificio de Cristo en la cruz del calvario (Jn. 6:25-58, 1 Co. 11:23-26).  Acto que debe estar revestido de solemnidad y gozo.

Cristo se hace presente en forma especial durante la Cena por medio de nuestra fe.  No aceptamos que ocurra algo así como transubtansación   (que el pan se convierte en cuerpo del Señor y el vino en la sangre del Señor).

Sólo deben participar los que se encuentren limpios de pecado, en la debida relación con el Señor, reconciliados, los que disciernen el cuerpo de Cristo (1 Co. 11:27-30) y aquellos miembros de la iglesia que están bautizados.

 

VIII.        BAUTISMO

 

Para ser miembros de la Iglesia Carismática y poder participar de otros sacramentos hay que estar bautizado en las aguas.

Creemos en el bautismo por inmersión, acto simbólico que significa muerte al pecado donde se da sepultura al viejo hombre y surge uno nuevo. El bautismo es símbolo del perdón de los pecados y un acto de obediencia (Mr. 16:15-16, Mt. 28:18-20).  Creemos que el bautismo en agua es en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mt. 28:19)

 

Citas Claves:  Ga. 3:27; Col. 2:12; Mt. 3:13; Ro. 6:3-11; Hch. 2:38-42, 8:26-39; Jn. 3:3-5; Ef. 4:1-6

  

IX.            LA ORACION

 

A.     Orar a Dios es el privilegio y deber de todo creyente (1 Ti. 2:8).  Es el acercamiento del alma a Dios en comunicación espiritual (He. 10:19-22, 4:16) para:

 

1.     Adorarle y alabarle por sus incontables bondades (Sal. 108:1-3, Fil. 4:6)

2.      Pedir a Dios por nuestras necesidades (1 Jn. 5, Jn. 15:7, Mt. 7:6)

3.     Intercede a favor de otras personas (Ef. 3:14-17, 1 S. 12:23)

 

B.    La oración se hace a Dios

 

1.     En el nombre de Jesucristo (Jn. 14:13-14)

2.     En el poder del Espíritu Santo (Ef. 6:18, 1 Co. 14:15,       Ro. 8:26)

3.     Con el entendimiento (1 Co. 14:15)

 

C.    Cuando orar – en todo tiempo (Ef. 6:18)

 

X.            BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO

A.    El Bautismo en el Espíritu Santo

1.     No sólo fue para los apóstoles, sino también para toda persona que se convierta al Señor (Hch. 2:38-39)

2.     Cada creyente en Cristo debe buscar con fe hasta recibir la prometida bendición (Lc. 24:49, Hch. 1:4-5)

3.     Es la llegada del Consolador que nos santifica, ayuda en la oración y da poder para testificar (Hch. 1:5-8, 4:31; 1 Co. 12:13; Col. 2:9-10). 

B.    Los dones y el fruto del Espíritu Santo 

El Espíritu Santo tiene los siguientes dones para impartir a los creyentes en Cristo: palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, dones de sanidades, operaciones de milagros, profecía, discernimiento de espíritu, género de lenguas e interpretación de lenguas.  De acuerdo a la gracia y la fe que el creyente posee, estos dones son repartidos como el Espíritu quiere.

   El fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz,  tolerancia, benignidad, bondad, fe , mansedumbre y templanza. Esto es resultado de una vida llena del Espíritu. 

Citas claves:  1 Co. 12:1-31; Ro. 11:29, 12:6-8; Jn. 15:8; Lc. 3:9; Ga. 5:22-23 

C.    Moderación 

Nuestra moderación debe ser conocida de todos los hombres.  El cristiano debe ser sobrio, bien balanceado y sazonado con amor (Fil. 4:5, Ef. 4:14-15, 1 Co. 13:5, Col. 3:12-13) 

XI.              LA SANIDAD DIVINA

A.    Es prometida en las escrituras (Mr. 16:18, St. 5:14-15).

B.    Se ha provisto en la expiación del pecado la sanidad de las enfermedades, siendo esto el privilegio de todo creyente (Is. 53:4-5, 1 P. 2:24).

C.    Cristo sanaba a los que a El acudían (Mt. 8:16-17)

D.    Dios es nuestro sanador (Ex. 15:26)

E.     El don de sanidad es impartido por el Espíritu (1 Co. 12:9), pero creemos que el Señor también utiliza la ciencia, los doctores y las medicinas para sanar. 

XII.            EL FUTURO ADVENIMIENTO DE CRISTO

A.    Traslación de la iglesia

1.     Jesús viene por su iglesia (1 Ts. 4:16-17)

2.     El mundo no le verá, arrebatará a su pueblo en las nubes.

3.     Creemos en la pre-milenial e inminente venida de Cristo para reunir a su pueblo, la iglesia, con El.  Este glorioso acontecimiento ha sido denominado el rapto.  Esto es, la resurrección de los que han dormido en Cristo y su traslado al cielo, juntamente con los creyentes que viven para encontrarse con su Señor en el aire (2 Ts. 4:15-17).

4.     Creemos que la iglesia no pasará por la Gran Tribulación (2 Ts. 2:6-8, 1 Ts. 5:9-10).

B.    La revelación de Cristo en su Segunda Venida

1.     Vendrá a la tierra y será visto por todos

a.      Será al final de la gran tribulación (Mt. 24:29-30)

b.     Todo ojo le verá (Ap. 1:7)

c.      Vendrá con sus ejércitos celestiales (Ap. 19:14, Mt. 24:27-30)

Después de la gran tribulación, descenderá el Señor con sus santos y salvará a su pueblo Israel y reinará por mil años sobre la tierra (Ap. 20:4). 

XIII.          LA CONDENACION ETERNA

Después del milenio se efectuará la resurrección de los muertos, siendo presentados delante del Gran Trono Blanco, donde serán juzgados por sus malas obras y después arrojados al lago de fuego (Ap. 20:11-15, 14:10-11; Mt. 25:41-42; Sal. 9:17).

A.    A dónde van los que mueren

Estamos conscientes que el hombre es compuesto por espíritu, alma y cuerpo (1 Tes. 5:23) y que cuando el hombre muere su alma sale del cuerpo (Gen. 35:18, 1 Reyes 17:21) y según Jesús enseñó, entra en salvación o condenación (Lc. 16:19-31).  Mas Jesús vino para librarnos de la condenación  ganando, a través de su muerte, la salvación. 

XIV.        EVANGELISMO

Creemos que por cuanto las condiciones actuales denuncian la inminente venida de Cristo, nosotros, sus hijos redimidos, debemos poner adelante nuestros esfuerzos para la promulgación del Evangelio a cada raza, tribu y lengua; que la salvación de almas es la principal misión de la iglesia sobre la tierra, y que por lo tanto cualquiera cosa que impida, o doctrina de error que tienda a apagar  la llama del evangelismo mundial, debe rechazarse y abandonarse como en conflicto con la grande comisión dada a la iglesia (2 Tim. 4:1-2, Ef. 5:16, Prov. 11:30, Ez. 3:17-18, Jn. 4:35-37). 

XV.            MISIONES

Creemos que la gran comisión de Jesucristo de llevar el evangelio al mundo entero es literal. El deber de la iglesia es dar énfasis al asunto de misiones mundiales.  Además,  creemos que la vida misma y la fuerza de la iglesia depende de su sacrificio para el sostenimiento del programa misionero mundial (Mt. 9:38, Mr. 16:15, Ap. 5:19, Ro. 10:13-15, Stgo. 5:20, Sal. 2:8).

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                            Ultima Actualización: 11/14/09